RECORDANDO VIVENCIAS. VIAJES Y ANCLAJES CUÁNTICOS 2023/24. De todas las maravillosas, variadas, innovadoras y creativas propuestas del IBC hay una, que sin duda, es especial para mí: los viajes y los anclajes cuánticos.
Lo supe desde el principio, un alma viajera y aventurera atrapada en un cuerpo al que le cuesta trascender límites, creencias, patrones… Esa soy yo.
La propuesta de los anclajes representaba y representa para mí la LIBERTAD con mayúsculas, el oxígeno, la aventura, el entusiasmo, la emoción, lo desconocido, la conexión con el grupo, las puertas hacia un mundo nuevo…
- El 24 de junio del pasado año comenzaría mi primer anclaje, propuesto por Sandra y el equipo IBC, en Irlanda. Sentí la conexión desde el principio con el grupo, con el coordinador. Es difícil describir con palabras el sentirte en ese lugar a pesar de la distancia real en kilómetros. El Pozo Sagrado de Brigid, la Naturaleza, la hierba, la lluvia, los códigos grabados, la Piedra del Destino, el Árbol Milenario con el que también soñé… pude emocionarme, sentir alegría y ver tanta belleza que, para mí, fue un DESPERTAR. Escuchar, mientras dormía, que me llamaban por mi nombre y me preguntaban que cómo estaba integrando la información, a día de hoy, me sigue asombrando… Y no lo he podido olvidar. Es algo que cuesta entender con la lógica pero que se entiende y se vive con la Bioingeniería Cuántica.
- Glastonbury-Avalon (Reino Unido) sencillamente me deslumbró. El templo de la Diosa, Chalice Well y el Pozo del Cáliz, la colina Tor, Stonehenge… Todo ello fue una conexión con lo invisible, con todos los reinos, se podía respirar incluso el éter desde la distancia. Fue un viaje infinitamente transformador.
Dicen que los viajes se viven tres veces: cuando los sueñas, cuando los realizas y cuando los recuerdas, pero lo mejor de los anclajes es que queda grabada tanta energía, tanta emoción, conexión y vibración y, te regalan tanto a nivel energético y evolutivo, que no sólo los recuerdas, puedes revivirlos (en mi caso he necesitado hacerlo en multitud de ocasiones) un número infinito de veces sintiendo como si estuvieras realmente allí.
- La cueva de Merlín y St Nectan´s representaron la magia, el despertar de mi niña interior. Por aquel entonces, soñaba con que algún día nos propusieran un anclaje en el desierto y así fue.
- El Desierto, pero ¿qué tendrá el desierto? Creo que revivo este anclaje y pienso en él muy frecuentemente: la Escalera Celeste, la Ciudadela de Orión y la Espiral Aúrea. Todos los anclajes han sido y son maravillosos pero el desierto, me atrevería a decir, que ha sido y es el anclaje más especial para mí. Su eterno silencio, su luz y sus cristales, la tierra, las estrellas… Se siente el Universo, la alineación perfecta…lo hacen único. Y, me regala lo que necesito, al ser el polo opuesto a mi realidad actúa como un potente recuperador de tiempo, transmutador de energía, da calma, ofrece claridad…
- Jerusalén con el Bosque Getsemaní, la Basílica, el Sepulcro de la Virgen María, la Iglesia Pater Noster, el Santo Sepulcro… me trajo el regalo de afianzar mi conexión, un poco olvidada, con el maestro Jesús. Durante este anclaje, sentí y percibí aromas, luces, la dulzura de la palabra…y, escuchar el Padre Nuestro en arameo, me hacía y aún me hace vibrar. Me hizo sentir, como si en el pasado, yo también hubiese vivido esa época por esos lugares, como si yo también formase parte de ese lugar, como si hubiese estado conectada con el Maestro en otros tiempos… ¡Fue increíble!
Durante el anclaje en Jerusalén sentí que tenía que avanzar en desarrollar más mi parte espiritual y me soñé con Sandra y, en el sueño junto a ella, mi misión era ayudar a potenciar la espiritualidad.
Ese deseo de evolucionar en la parte espiritual y el de abrirme a conectar con Jesús y sentir la energía crística, fue un apoyo todo el año para el Proyecto de Pulsión por la Paz, ya que, en meditación, sentí recibir algunos mensajes amorosos de Jesús que guardo en mi libreta como “tesoros”.
- El anclaje Qumram comenzó en el Palacio Hisham y su preciosa geometría sagrada, el asentamiento neolítico de Jericó, el Monte y el Monasterio de la Tentación con la Cueva de Retiro de Jesús. Después, la conexión fue con el río Jordán, el Mar Muerto y el legado esenio en Qumram. Fue un anclaje muy especial, con las emociones a flor de piel.
- El anclaje con la luna que Sandra y Dani nos compartieron a todos desde Bethlehem-Palestina abrió mi visión para comprender la otra realidad en la historia, a entenderla desde el sentir, desde el latido del corazón.La Gruta de la Leche me inspiró y animó a desarrollar la disciplina, a ser capaz de realizar meditaciones más largas y poder colaborar así en el proyecto de Pulsión.
- “Las Tres Joyas de los Himalayas”, de este año, han representado para mí un peregrinaje hacia la luz. La imagen desde el avión de las montañas mezcladas con las nubes, todo un éxtasis. La conexión con los Dalái Lama fue pura compasión. El maravilloso monte Kailash, la montaña magnética…era imposible no emocionarse y llorar con su agua pura, agua cristal… Me hizo sentir que, aunque yo fuese solamente un pequeño punto en la distancia, crecía mi admiración, agradecimiento y mis ganas de honrarlo. Agradecimiento profundo al Kailash y a todos los corazones del IBC que se habían atrevido con su ¡SÍ! a vivir la experiencia, que se habían puesto en el camino, y que gracias a su esfuerzo, otros corazones, desde la comodidad de casa, compartíamos conectados la inolvidable experiencia.
Este pequeño relato representa sólo pinceladas de los anclajes que he realizado y de lo que han significado en mi vida. Estoy segura de que otras personas que han realizado anclajes tendrán preciosas y emotivas historias para contar. Son tantas emociones: risas, lágrimas, conexión, palpitar, sorpresa, luz, compartir, emoción, descubrimiento, agradecimiento, entusiasmo, sentir que flotas, sentir el presente y el disfrute de los caminos… Y que, como nos ha enseñado Sandra, es maravilloso expandir estos momentos de disfrute con la mejor energía y todo el amor a todos los seres del planeta.
Son tan reales estos viajes, la conexión es tan profunda que, aunque parezca increíble, me cuesta diferenciarlos de los que físicamente hice. Bendigo el día y a la maestra Sandra por ser esa “perla iluminada de sabiduría y amor”, por haber materializado y haber hecho realidad la posibilidad de vivir esta inmersión cuántica y bioenergética. Estos anclajes han sido y son una de las mejores cosas que me han pasado en la vida.
Es como encender linternas por el planeta, con una luz especial, con luz de vida, que nunca ya se apagará de estos maravillosos lugares, una luz que muestra su fulgor y que se verá desde galaxias lejanas…
Es un verdadero placer y un regalo poder acompañar por el Planeta a Sandra, Dani y al equipo IBC. Un sueño hecho realidad. Gracias, gracias, gracias.
Alumna IBC