El recuerdo del latido
Dicen que los cuentos se cuentan por necesidad, una necesidad interior de conocernos un poco más, de
aliviar nuestra alma y renacer en cada descubrimiento. Palabras de sabiduría que nos aguardan tumbadas en
reglones a la espera de ser pronunciadas y expandidas con su vibración. Por eso hoy os cuento mi cuento hecho
sueño, mi cuento nacido de las ganas de volar en compañía y sentirme libre y completa con Todos en armonía y
amor profundo.
Hubo un día de Navidad muy especial que Todos recordaremos en nuestros corazones. El Planeta entero se expandió con la vibración que conseguimos emitir desde nuestros corazones, nuestra conciencia y nuestras ganas de recordar. Ese día, 25 de Diciembre de un año celestial, Todos los planetas estaban alineados a la espera de nuestra intervención y con Todos sus átomos en plena atención porque llegaba el gran día, la gran prueba que Todos anhelábamos y sentíamos que
llegaría…
En la Aldea, la Aldea más parecida a los desiertos, más colorida a las Auroras Boreales, más vibrante a los
amaneceres, más fluida a los valles y ríos del Planeta Tierra, estábamos aquel día Todos reunidos junto al Árbol
Madre, el Consejo Animal, los Vientos Marinos, el Agua Primordial y como no podía ser de otra manera, los
niños y la Madre Tierra Estelar. Todos estábamos inquietos porque la noche anterior sabíamos que algo
sucedería este día, emocionados también porque nuestro pulso nos comunicaba que el Recuerdo se aproximaba y
latía cada vez más puro, más tierno, más claro y vivo.
Alguien propuso empezar, era uno de los miembros más antiguos del Planeta, conocedor de todas las
sombras y luces existentes en cada proceso. La propuesta se abrió en la cuestión a cómo encajaríamos Todos
aquella información que se abriría aquel día reconocido como el día del Renacimiento Humano Vivo. Este año no
era un paso más sino una apertura al compromiso con la vida, esa información no era pasajera de fractales, sino
un anclaje al Sí Universal, Todos sabíamos lo que estaba en juego, por eso elevamos nuestra compasión hacia
dentro y hacia fuera…todo parecía darnos permiso para mirarnos de corazón a corazón y reconocernos con todo
el Amor que nos ocupaba. Ahora tocaba darnos las manos y sentir que nuestro trabajo estaba dando su fruto, su
alianza, una danza en nuestra sangre que nos invitaba a soltar todo nuestros pesos y cargas para girar en ese
nuevo salto a la realidad.
Varios Consejeros aceptaron la propuesta y se empezó a redactar en tablillas de madera de Cerezo con
mirra y jugos acuáticos invernales cada una de aquellas propuestas. Todos sabíamos lo importante que era estar
atentos, plenos y conscientes de nuestras intenciones, nuestra nueva apertura y lo delicado pero firme que era este
encuentro en este día de Navidad.
Pronto empezaron a verse manos levantadas como iniciativas a ser escuchadas. Unos propusieron hacer
más deporte para preparar nuestra biología y que las células integraran La Información con energía. Otros
comentaban que el Amor es una fuerza imparable que cuando se practica se multiplica, que además ellos mismos
habían comprobado que grandes eruditos y científicos a lo largo de la historia la habían utilizado como un
soporte de potencia que desintegraba todos los velos para encontrarnos con la Pureza. Hubo quien propuso que
las estructuras Geométricas Sagradas de las corrientes energéticas planetarias y universales se habían
manifestado como cocreadoras de materia física en el Planeta como edificios, vehículos, tecnologías, plataformas
circulatorias, y al parecer, un infinito de creaciones más que estaban por venir. Se sumaron los conocedores del
Sonido, quienes afirmaron sin titubear una décima de segundo, de que la combinación de sonidos armónicos y del
Alma eran una pócima mágica específica con la capacidad de abrir portales de luz en los que tendríamos un
espacio para integrar todas nuestras necesidades, un espacio de estudio para sentirnos, para acariciar nuestras
debilidades y transmutarlas en fortalezas, un espacio para conectar con nuestras sombras y darles luz, nuestros
sueños para darles su estructura y oportunidad de coexistir.
Todos nos quedamos en Silencio cuando conectamos con todas estas propuestas. Algo tocó nuestro
Ser…sabíamos que se acercaba el momento cuando escuchábamos a todos los que tenían maestrías de alta
vibración, Todos entendíamos sin saber porque lo único que se necesitaba era estar Presente y con Atención plena
de escucha y es que todas las propuestas se unificaron a la vez, en sincronía, en un punto ilimitado, en un giro de
movimiento amable y eterno.
Y así surgieron más ideas y propuestas, hasta que el Tiempo se acercó para sugerir que era ya tiempo de
encontrar La Propuesta que alineara a todos los corazones y pulsos existentes en el Planeta para conectarlo con El
Gran Latido Universal.
Se abrió un nuevo Silencio. Todos escuchábamos…con el corazón.
Todos comprendimos nuestras vidas. Todos soltamos el control para dar paso a algo de mayor magnitud,
una grandeza que cabía en nuestro sentir.
Llegó el momento. El Plan apareció para todos aquellos presentes.
Cuando todos nos conectamos a aquel Latido, nuestras conciencias se unificaron, nuestros corazones
bailaban la misma sintonía, el ritmo cardiaco formó un mapa donde se marcaban líneas luminosas brillantes de
caminos de autenticidad, de compasión y armonía.
En el Tiempo se abrió una línea en la que se nos mostró que Nacer significaba continuar con la Consciencia
activa en nuestros corazones, reconociéndonos como seres auténticos, únicos pero Unidos. Se abrieron líneas
lumínicas como guías a gran velocidad informática al ritmo del Universo donde todo confluía en el mismo
propósito, con la misma intención….llegar a nuestros corazones para encontrarnos con Nosotros Mismos, con el
reconocimiento a la Fuente, al Origen y al Amor que siempre nos acompañó cada día de nuestras existencias. El
recuerdo se hizo más intenso, profundizó en nuestra mente y dejamos de sufrir, soltamos lo viejo para
encontrarnos con la Esencia….sonreímos con una suavidad enternecedora….esa había sido la señal de que
habíamos integrado Todos nuestra labor, nuestros sueños, nuestro propio plan con el Gran Plan Cósmico.
Lo último que recordamos fue el latido de la sonrisa del Corazón del Planeta Tierra, descansando, pero
reconfortada de ver a sus hijos vivir y compartir en Paz, Armonía, Soberanía, Respeto, Calma, Entrega,
Voluntad….todo era lo mismo, todo era AMOR.
Ahora….toca disfrutar, relajarnos, sentirnos….toca seguir pero por el camino de la Luz, el del Triunfo, el
de la Danza de todas las Galaxias…ya toca…ya es el momento…HEMOS LLEGADO A LA LUZ. TODOS.
FELIZ NAVIDAD 2025
AUTORA: ROSA MARÍA GARCÍA FUENTES, Madrid (España)
NAVIDAD, 2025