LUZ: la información inteligente que restaura la coherencia. En todas las tradiciones espirituales del mundo se ha hablado de la importancia de la Luz. En todas hay referencias a la Luz como el origen de todas las formas, como la primera manifestación de energÃa de la que proceden todas las demás cosas. Por ejemplo, tenemos la declaración del Génesis que habla de cómo el universo fue creado cuando se “hizo la Luzâ€.
También en el Granth Sahib, texto que recoge la enseñanza del Gurú Nanak, quien enseñó en oriente en el siglo XV de esta era, se habla de la importancia de encontrar la Luz original creadora de todas las formas: “el uno primordial, la Luz Pura, sin principio ni fin.
A lo largo de todas las épocas es una y la misma. Ella mira a través de todo, pero nadie la ve a ellaâ€; en este mismo apartado se menciona que es la Luz la que crea los tres aspectos del movimiento inteligente del cosmos: generación, operación y destrucción, que se repiten en muchas otras tradiciones como las diferentes formas de trinidad que producen el equilibrio perfecto para la existencia de la manifestación.
    De la misma manera, algunos importantes estudiosos de la teosofÃa hablaron de cómo la luz original, pura y radiante, se transforma después en los diferentes colores que producen el universo: siete rayos que van manifestando todas las posibilidades, desde las formas más sutiles de la geometrÃa cósmica, hasta las más concretas de la realidad fÃsica.
Es una analogÃa de lo que pasa cuando un rayo de luz blanca pasa por un prisma y se divide en los colores del arcoÃris. Según esta visión, la Luz pura, llamada el Logos o Inteligencia, se densifica cada vez más y produce diferentes niveles de manifestación de esa luz. El sol, el centro luminoso del sistema en el que vivimos, es una manifestación densificada de esa Luz radiante y es el que permite que la vida en la Tierra pueda existir, gracias a su calor y a los procesos de la radiación que emite.
En las últimas décadas, también la ciencia se ha ocupado de estudiar la luz: las teorÃas especial y general de la relatividad de Einstein son el resultado de continuadas reflexiones acerca del comportamiento de la luz y del movimiento a las velocidades que esta puede alcanzar.
La fÃsica cuántica, que busca entender el comportamiento de las partÃculas subatómicas, ha descubierto que los fotones, o partÃculas de luz, tienen un comportamiento que para la mente racional causalista resulta completamente desafiante: parece que las partÃculas subatómicas intercambian información sin la necesidad de que esa información recorra ningún espacio y ningún tiempo, y están Ãntimamente interconectadas sin importar las distancias que las separen.
    Esta nueva manera de entender la transmisión de la información ha cambiado totalmente la manera en que entendemos nuestro lugar en el universo: a partir de estos descubrimientos algunos cientÃficos han puesto su atención sobre las consecuencias biológicas del comportamiento de la luz para entender de qué manera sistemas densos, como el cuerpo fÃsico humano, compuesto por células, está en últimas determinado por el funcionamiento de la información que viaja en paquetes cuánticos de información.
Con esto se ha transformado radicalmente el entendimiento de la salud y del equilibrio fÃsico de los sistemas del cuerpo.
   Quizás el descubrimiento más relevante y conocido en este campo que estudia la biologÃa cuántica es el del alemán Fritz-Albert Popp, un fÃsico que se ha dedicado a comprender el comportamiento de los fotones en su relación con la mecánica celular del cuerpo.
Sus conclusiones más importantes han mostrado que de hecho sà existe una relación entre el comportamiento celular y los fotones que viajan por nuestro organismo fÃsico. los fotones son los encargados de llevar la información de un lugar del cuerpo a otro para que la comunicación celular se lleve a cabo adecuadamente.
Desde esta perspectiva, la enfermedad es en realidad una falla en la transmisión de la información, es decir, una falla en la calidad, cantidad o frecuencia de los fotones que recorren el cuerpo. Es por esto que la coherencia resulta tan fundamental para cualquier ser humano. Si hay un alineamiento entre nuestro pensamiento, nuestra emoción y nuestra acción, el nexo de la información que recorre el cuerpo fluye adecuadamente; de otra manera, la comunicación se rompe y la enfermedad empieza a manifestarse.
En la BioingenierÃa Cuántica el trabajo con las frecuencias de luz es fundamental como parte del sistema que trae coherencia al consultante. Como Popp ha demostrado, el ser humano es literalmente una criatura de luz, no solo en un sentido trascendente, como el señalado por las tradiciones mÃsticas y esotéricas de oriente y occidente, sino también en un sentido directamente fÃsico por la manera en que nuestros sistemas se comunican.
Por eso, además de hacer un trabajo sobre la geometrÃa sutil del consultante, la BioingenierÃa también incide sobre la frecuencia de luz en la que vibra la persona –siempre a partir de la información que nos brinda el corazón que, como el sol en el sistema planetario, es el centro de nuestro sistema y es desde donde toda la información es enviada para garantizar la coordinación y cooperación de todo nuestro organismo.
AsÃ, mediante la frecuencia de luz que fluye a través de la persona, la BioingenierÃa restaura la coherencia de todos los sistemas del cuerpo. Además, restaura la conexión de nuestra frecuencia más densa con la frecuencia de la inteligencia originaria, que también es luz y que es la energÃa primordial de donde todo procede.
Articulo Publicado por:
Sergio Ortiz Sotelo
Equipo Edición IBC
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Sandra Fernández
Descubridora del PCT Pulso Cuántico Toroidal Base de Bioingenieria Cuántica
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