Vivir desde el corazón. Corazones, Pulso y Entrelazamiento Cuántico. La mecánica cuántica, que fue formalmente descubierta y estudiada durante el siglo XX, y que ya habí­a sido intuida en el siglo XIX por algunos científicos, cambió por completo la manera de pensar el mundo.

Lo que percibimos físicamente a través de nuestros cinco sentidos y lo que interpretamos mediante nuestro intelecto causalista pasó de ser la Única manera posible de ver nuestra realidad circundante. La materia, que parecía una masa sólida y contundente, empezó a descubrirse como un espacio más lleno de vacío que de materia y como una forma densificada de energía; el mundo circundante, que parecía una realidad independiente de los sujetos observadores, se convirtió en el producto de una relación creativa entre los sujetos y los objetos materiales.

Toda esta revolución científica trajo consigo una nueva manera de entender la vida práctica del ser humano y produjo nuevas formas de tecnología basadas en la interconexión descubierta por los físicos con la mecánica cuántica. La salud y el bienestar, y en general lo que llamaríamos medicina, se ha venido transformando también gracias a estos descubrimientos.

La Bioingeniería Cuántica es precisamente un hallazgo que tiene sus bases teóricas en algunos de estos descubrimientos.

El primer gran desafío que ha sido planteado por la mecánica cuántica es el de la comprensión del tiempo y el espacio: antes pensábamos que el espacio era una realidad objetiva en la que se encontraban los diferentes objetos del mundo, y el tiempo, una medida de lo que le tardaba a un objeto recorrer cierta cantidad de espacio.

De esta manera, para que un objeto fuera de un lugar en el espacio, a otro, debía utilizar una cierta cantidad de tiempo. Con los paquetes de información cuánticos no es igual. Cuando dos partículas subatómicas han estado unidas, no importa qué tan separadas se encuentren en el espacio, la información de una de ellas es comunicada a la otra de manera inmediata, sin necesidad de ningún transcurso de tiempo, y sin que esa información recorra ningún espacio. En la realidad cuántica estas partículas están interconectadas y se afectarán mutuamente sin importar la distancia a la que se encuentren.

Este fenómeno, conocido como entrelazamiento cuántico, es una de las bases fundamentales de la Bioingeniería Cuántica: afectar positivamente a un individuo, que en Últimas no es otra cosa que un gran paquete de información cuántica, es posible desde cualquier lugar y de manera inmediata. Solo es necesario tomar consciencia del entrelazamiento de toda la información que existe en el universo y saber cómo conectar específicamente con aquel individuo que queremos afectar y cuál es la información que necesitamos enviar para obtener el efecto deseado.

Esto, por supuesto, aplica no solo para personas, sino también para animales, relaciones, lugares, y todas las cosas que constituyan un paquete de información cuántica, es decir, que tenga en si­ una coherencia de la información que lo configura para ser lo que es.

La mecánica cuántica, que nos enseña esta manera de incidir sobre un paquete de información, también nos enseña que todo en el universo está conectado y que las estructuras que le dan coherencia a una parte del universo también se la dan a cualquier otra: con esta nueva forma de entender la realidad, hemos empezado a entender que el todo está en la parte tanto como la parte en el todo.

Por eso, si el universo a nivel macro está hecho de frecuencias, de geometrías, de color, y que la organización de estas realidades es lo que le da coherencia al universo, entones aplicar geometría, color, frecuencias específicas, a un paquete de información cuántica, también hará que ese paquete recupere su coherencia natural si es que la ha perdido, lo que significa recuperar la salud y el bienestar.

De esta manera, la bioingeniería cuántica reconecta cualquier cosa que está en desbalance con el equilibrio natural de todas las cosas mediante una conexión inmediata con eso que se quiere sanar. Esta reconexión la alcanza reprogramando ese paquete de información por medio de aquellas estructuras que le dan forma a todo en el universo, pero lo hace a un nivel cuántico. La pregunta que quedará por responder es entonces: ¿de qué manera la terapia de Bioingeniería hace esta conexión y cómo descubre cuáles son las estructuras que debe utilizar para el restablecimiento de la coherencia?

Los seres humanos hemos sido dotados de un sistema de navegación que, en un nivel cuántico, está interconectado con el resto del universo. Este sistema que mide, detecta y decide el rumbo coherente de nuestras acciones se encuentra en nuestro corazón, en el ritmo constante del palpitar del corazón. Es en este centro donde podemos percibir las frecuencias de información cuántica que el universo circundante nos está ofreciendo todo el tiempo para que nos relacionemos de manera coherente con Él.

El doctor Paul Noguier descubrió que el pulso tiene unas variaciones sutiles pero significativas ante determinados estímulos que se le dan al cuerpo. Estas variaciones se revelaron como señales que pueden responder preguntas acerca de la mejor manera de tratar una enfermedad o de las mejores opciones de alimentación para una persona. Esta variación del pulso, conocida como VAS, empezó a ser utilizada desde finales de los años 60 para tratar a pacientes y ofrecerles tratamientos adecuados a su cuerpo según lo que su pulso señalaba.

A partir del descubrimiento de la gran importancia del pulso, la Bioingeniería cuántica utiliza esta señal como un sistema de navegación sutil ya no sólo a nivel molecular, como en el caso del VAS, sino a un nivel cuántico. Esto permite una capacidad de diagnóstico más amplia que la que permite el VAS, porque trabaja con todo tipo de frecuencias que el terapeuta aprende a percibir como información cuántica, medible no solo mediante aparatos electrónicos, sino mediante la conexión directa entre el corazón del terapeuta y el corazón de quien recibe la terapia.

De esta forma, la mecánica cuántica, junto con la revelación del papel del pulso en la navegación del ser humano en medio de esta realidad muchas veces enigmática, han sentado las bases teóricas más sólidas en las que se sostiene la Bioingeniería Cuántica. Por estas bases puede ser explicada la efectividad que la Bioingeniería tiene.

Bienestar, terapia y evolución

 

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Sandra Fernández

Descubridora del PCT

Pulso Cuántico Toroidal Base de Bioingeniería Cuántica

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