Terapia y bienestar con Bioingeniería Cuántica, Metodología Evolutiva. “Hemos llegado a un tiempo en el que podemos actuar con eficiencia sin el apoyo de herramientas externas, tan solo con el apoyo de nuestros cuerpos, la coherencia, la correcta intención y los medios ilimitados del universo”, Sandra Fernández.

Conecta con tu corazón, en tu interior están las respuestas. La coherencia en Bioingeniería Cuántica es ser fiel a lo que sientes, piensas, dices y haces de manera sostenida. Es decir, ser coherente, es amarte en toda tu proyección y manifestación, respetando lo que verdaderamente quieres en cuestiones tan sencillas como ¿Qué siento comer? hasta ¿Cuál es mi vocación?

Mantener esta coherencia y fidelidad a mí misma es lo que más valoro y aprecio de esta herramienta, ya que antes, luego de asistir a un taller o ceremonia experimentaba momentos de paz y armonía pero, cuando volvía a la rutina, me sumergía de nuevo en dudas, conflictos y miedos, me desconectaba de mí. Soy Vanessa Coria Bustos, terapeuta y profesora internacional de Bioingeniería Cuántica.

La Bioingeniería Cuántica es una herramienta terapéutica creada por Sandra Fernández, una mujer española dedicada al mundo terapéutico, conociendo y aplicando múltiples técnicas para el desarrollo del ser. Esta metodología llega a ella después de una gran trayectoria de disciplina y constancia en su trabajo personal.

Actualmente, se imparte en más de 10 países generando una respuesta inmediata en las personas debido a la efectividad y rapidez de los tratamientos.

La sociedad actual se centra en un sistema colectivo diseñado para derrochar energía en el cumplimiento de expectativas ajenas, la idea del éxito social nos aleja cada vez más de la fidelidad hacia nuestra voz interior.

Grandes corrientes espirituales, ideologías relacionadas al despertar del ser humano,  fracasan porque generalizan un camino de realización para todos. La Bioingeniería Cuántica propone salirnos de esos grandes sistemas colectivos para que cada individuo reconozca su coherencia y actúe conforme a ella. Más allá de cualquier esquema de lo malo o bueno está la coherencia, lo que para ti es.

Bioingeniería nace con la visión y misión de dar herramientas prácticas que faciliten la expansión de nuestra conciencia y desplegar nuestro potencial evolutivo.

¿Qué sería de ti si te permitieras ser y desarrollar todo tu potencial evolutivo?,

¿y si todos lo hiciéramos?

Esta técnica vanguardista tiene sus bases sustentadas por la física cuántica y la metafísica. Hace algunas décadas se creía que la medida más pequeña de la materia era el átomo. Investigaciones recientes demuestran que hay información subatómica. Y, físicos como Albert Einstein dedicaron sus vidas a hacer aportaciones, desde el mundo científico, sobre la energía, sosteniendo que es lo que compone a todo el universo.

Partiendo de estas bases, trabajamos con información subatómica y arquetipos universales. Como Nikola Tesla menciona “si quieres entender el universo piensa en energía, frecuencia y vibración”. El universo está compuesto de luz, sonido, geometría e información cuántica. En Bioingeniería Cuántica nos valemos de estas herramientas para recuperar el orden y coherencia en el paciente desde planos subatómicos hasta biológicos.

En Bioingeniería el terapeuta es prioridad, son las herramientas que implosionan estas frecuencias universales en el paciente para que recupere su estado natural. Por eso es indispensable que sean 100% coherentes. Además de mantener su impecabilidad y disciplina en todos los niveles de su salud integral. La eficacia del tratamiento está relacionada con la afinación del terapeuta.

Se entiende como terapeuta a toda persona que alivia, cuida y atiende. Pero para poder hacerlo, primero necesita aliviarse a sí mismo, para generar y sostener una frecuencia que sane.

El Instituto de Bioingeniería Cuántica nos proporciona todas las herramientas para llevar a cabo nuestro desarrollo como terapeuta o docente. Por lo cual existe un equipo que se encarga de asesorar y responder dudas en esta experiencia de conectar con la cuántica a través del pulso cardiaco. Como menciona Sandra Fernández, para hacer tratamiento cuántico primero nosotros debemos de ser cuánticos.

Nosotros accedemos a la información del paciente a través del corazón, más allá de los conceptos espirituales otorgados y de sus funciones biológicas, nosotros concebimos al corazón como una tecnología cuántica.

Éste es el primer órgano que se forma desde el vientre de nuestra madre, el campo electromagnético que genera penetra millones de células dándole información al organismo, y es el único que el cerebro le permite enviar órdenes. Poseemos una tecnología de punta dentro de nosotros.

El corazón, como tecnología cuántica, está conectado a una matriz de información con nuestros planos evolutivos, potenciales y probabilidades. Cuando no lo escuchamos éste presenta una frecuencia incoherente mandando esa información a tus sistemas y órganos generando desorden, algo que entendemos como patología.

Los tratamientos cuánticos los comenzamos de esta forma, conectando con el pulso biológico de las personas y navegamos en su información a través de dos sistemas:

– VAS (Vascular Anatomic System) descubierto por el doctor Paul Nogier. A través de la frecuencia cardiaca realizas preguntas y mediante la señal kinestésica (el cambio de ritmo en el pulso cardiaco), te responde bajo un sistema binario: sí o no.

-El sistema de navegación PCT (Pulso Cuántico Toroidal), descubierto por la creadora de Bioingeniería Cuántica, profundiza en lecturas detalladas de las personas, que sin importar tiempo o espacio (teoría de la no localidad), encontramos desórdenes presentados como bloqueos, enfermedades, patrones genéticos y un sin número de información que limite el desarrollo de su potencial y su estado de libertad.

Desde el momento que hacemos contacto con el paciente, aplicamos el efecto observador; dependiendo cómo observes la materia o energía ésta responde. Observamos la conexión a su coherencia, ordenado a todos los niveles de su vida y con todos sus potenciales desarrollados. Desde ese momento estamos mandando esa información y esa frecuencia a su sistema.

Para comenzar un tratamiento y principalmente como terapeutas llevamos a la práctica tres maestrías que también definen el comportamiento de la terapia: la atención, la intención y la compasión.

Cuando estás en un tratamiento, toda tu atención está con la persona y su información, esto permite hacer lecturas profundas. El terapeuta tiene que ser un maestro de la atención para poder conectar profundo con la apertura del campo de información del paciente.

La intención es el ‘para qué’ del tratamiento. Es indispensable que el terapeuta mantenga la intención de aliviar y ordenar al paciente para recuperar su coherencia, esto le llevará a navegar en situaciones claves en la vida de la persona donde se han generado bloqueos, pudiendo presentarse desde la concepción, el embarazo o cualquier interface que la persona tenga bloqueada, ya sea pasada, presente o futura, porque no hay límites de espacio o tiempo y todo lo que se ordene traerá un efecto de expansión y recuperación.

La información que se le da al paciente, el terapeuta debe de hacerse responsable ya que cualquier información malintencionada podría generar mayor desorden.

La última de las maestrías a aplicar es la compasión. Se refiere a conectar con el amor incondicional, que te permite sentir esa interconectividad hacia todo y todos. Es  sentir un vínculo profundo con esa persona, es sentir un amor más allá de diferencias y que todos compartamos ese latido de corazón y esa capacidad para amar. Todos estamos conectados en una misma frecuencia que sostiene todo, por lo tanto todo lo que se haga en una persona o situación afecta a la totalidad.

Cada tratamiento que realizamos es único, porque aunque dos personas vengan con un mismo padecimiento el origen puede provenir de aspectos distintos dependiendo su historia personal.

A diferencia de otras técnicas, ordenamos la salud integral basada en 13 estructuras: glándulas, órganos, sistemas, biológico, emocional, bioquímico, fluidos, energético, cuántico, sutil, espiritual, inconsciente y la sinergia de todas. Se realiza por medio de tres facetas: regenerar, desintoxicar y reprogramar.

En las terapias el pulso de la persona nos va indicando qué aspectos hay que ordenar, desde sistemas familiares completos, patrones o relaciones tóxicas, lugares de trabajo, casa, enfermedades, situaciones como algún tipo de ceremonia o cirugías, todo el entorno del paciente que esté afectando a su expansión.

Además del tratamiento con la información vibracional, se brindan sugerencias de actividades que su mismo pulso indican para ayudarle a mantener su coherencia, para que recupere su responsabilidad y constancia como creador de cada instante para sostenerse en esa frecuencia que le brinde gozo y plenitud.

Las terapias de Bioingeniería Cuántica proponen descubrir este potencial de auto sanación que todos tenemos. Se busca que cada persona al recuperar su coherencia, identifique sus propias herramientas para aliviarse, por lo que se les invita a tomarse el pulso constantemente, ya que éste te conecta con el estar presente, suaviza y relaja cualquier situación que experimentes, porque la frecuencia cardiaca tiene esa cualidad, te conecta contigo mismo. Te da la información práctica que necesitas para generar esta coherencia en tu vida. El paciente se hace responsable de su vida pues se da cuenta cómo le afectan los ambientes incoherentes.

Al conocer que todo está vibrando y todo tiene un pulso, podemos conectar con cualquier información sin importar la distancia ya que a través de mi pulso conecto con su información. Esto nos permite ir más allá de las realidades que aparentemente conocemos, para adentrarnos un mundo de posibilidades infinitas.

Actualmente existe una gran lista de terapeutas en Bioingeniería Cuántica formados en retiros intensivos o especialidades de fin de semana con la base de la técnica. De igual manera el Instituto instruye a profesores internacionales que imparten la técnica y los cursos en diferentes países. Formados en un retiro de 40 días en desierto del Sahara, desintoxicándose del sistema y reconectándose de manera profunda con todo su potencial evolutivo, para así compartir a través de la frecuencia y con más corazones que deseen vivir el regreso a uno mismo. Bienestar, terapia y evolución

“Te doy la bienvenida a Bioingeniería Cuántica, un salto al infinito que hay en ti, un salto al cambio de consciencia, a la evolución, un salto a la tecnología oculta del corazón” Solicita tu tratamiento

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Sandra Fernández

Descubridora del PCT Pulso Cuántico Toroidal Base de Bioingeniería Cuántica

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